Momentos inolvidables…

 

Un encuentro fugaz, el tiempo no es nuestro mejor aliado. Pero siempre encontramos un momento para disfrutarnos.

Mis brazos buscan tu cuerpo…

Mis manos lo encuentran y te rodean…

Tus brazos me abrazan tan fuerte que puedo advertir el calor que desprenden los poros de tu piel increíblemente se acelera el ritmo de mi respiración mezclándose con la tuya.

 

Con tu mirada de cristal me induces a transitar por tus zonas prohibidas, explorar tus cavidades y zambullirme en tu humedad gobernando tus suspiros.

 

Abrazo tu sensualidad y tu te estremeces como olas en el mar.

Mis manos moldean una a una tus lineas palpando el mapa de mis deseos.

 

Eres el timonel perfecto que me traslada al universo de mis fantasías.

 

Me guío por tus latidos al rozar tu vulnerabilidad y sigo navegando en el interior de tus profundidades hasta verte arder en mi hoguera imaginaria y muero de placer al ver el destello de tus ojos que me miran extasiados…

Mi otra mitad

 

Tu piel color canela sabe a besos de miel –
y el calor de tu cuerpo mi mejor abrigo-
Tus caricias el alimento de mi pasión –

Mientras tus ojos iluminan mi camino los míos tu destino!

 

Navegar en tu profundidad

Mis brazos van en búsqueda de tu cuerpo…
Mis manos lo encuentran y rodean tu hermosa figura.
Advierto el calor que desprenden los poros de tu piel acelerando notablemente el ritmo de mi respiración que se confunde con tus latidos.

Abrazo tu sensualidad y tu te estremeces como olas en el mar; y más aún cuando mis manos moldean una a una tus curvilíneas palpando el mapa de mis deseos, descubriendo que eres la guía perfecta para el universo de mis fantasías.

Con tu mirada de cristal  me induces a transitar por tus zonas prohibidas, explorar tus cavidades y zambullirme en tu humedad gobernando tus suspiros.

Alimentarme de tus latidos al rozar tu vulnerabilidad; internarme en ella socavar en tus profundidades y quemarme en su interior cuando ardas como una hoguera y morir de placer viendo tu alma a través del destello de tus ojos que me miran extasiados.

Muriendo a tus pies

Me gustaría ser la brisa que te acaricia

El sol que entibia tu esbeltez  escoltando tus pasos al andar…

Esa  música que hace tu cuerpo estremecer

 La manta que te abriga en esas frías noches de invierno

Como me gustaría aunque solo fuese por una vez el agua cayendo de la ducha y así; poder recorrerte una y otra vez , comenzando por tu cabeza y muriendo a tus pies…

Amor imaginario

Me gustas como eres, y aun no te conozco…

Me gusta como hueles, aún sin haberte olido…

Me gusta el sabor de tus besos, (labios que no he saboreado)

Me gusta tu andar, sin siquiera haberte visto llegar…

Me gusta tu voz, aunque jamás te escuché palabra alguna.

Me gusta tu mirada suspicaz… la imagino explorando cada centímetro de mi figura.

Me gustas cuando imagino tus dedos desenredando mis cabellos mientras me besas en silencio.

CELOS

“Celos”

Siento celos de la luz que te alumbra
de tu ropa que te toca, del sol que te calienta
de tu cama que te acoje y de la complicidad de la noche
que conoce tus sueños y te acompaña en tu descanso.

Siento celos de tu agenda, porque ella sabe mucho más de tí que de lo que me cuentas tu a mí.

Siento celos de tu reloj que te marca las horas.
De todo lo que miras, de tus manos que te tocan.
Del cimiento en el que te paras.

Siento celos del espejo en que te miras, de tu sombra que te acompaña.
Del mar en que te reflejas, de la ducha cotidiana que te recorre cada mañana al igual que del sudor de tu cuerpo después de tu entrenamiento.

Siento celos hasta cuando lloras porque al menos tus lágrimas rozan tus mejillas.
Siento celos cuando escucho tu nombre en bocas de otras personas.
Siento celos de todo lo que te rodea y de todo lo que tocas.
Siento celos de los latidos de tu corazón, ese que tanto trabajo me está costando conquistar…

Estadía en Bahía de los vientos Quequén

Qué cerca estabas y yo te ignoraba…

Te buscaba pero no te encontraba…

 

Mi mente volaba hacia otros rumbos, otros destinos…

lejos muy lejos te busqué sin respuesta alguna…

 

Hasta que un día por esas cosas de la vida unos amigos me hablaron de vos.

Te ponderaron tanto pero tanto que te quise conocer…

Y sí! Mis amigos no estaban equivocados, sos especial.

 

Tenés la paz que deseaba, ese temple solemne que sólo unos pocos consiguen tener.

Lográs transmitir exactamente lo que mi mente y mi cuerpo necesita, con solo tu presencia llegás a mi esencia más pura.

 

Los que no te conocen deberían considerlo, y qué sientan en carne propia lo que estoy sintiendo yo.

 

Te conocí en Invierno, hacía mucho frío, aunque era una linda tarde soleada el sol no llegaba a calentar, y aunque el viento del sur pegara en mi cara ni eso impidió que te disfrutara.

 

Te imagino en cada estación del año, una mejor que otra, para mí sos más que un recreo, en vos me refugio y me aislo del mundo entero.

 

Sé que sólo podrán comprender este sentimiento quienes por ti han pasado.

 

En tí encuentro la paz interior que se necesita para sobrevivir en este mundo donde ya no se valora nada ni nadie; donde la palabra 

respeto parece haber desaparecido del diccionario de nuestras vidas.

 

Es la tercera vez que nos encontramos y pareciera que nos conocemos desde toda la vida, sos una de esas cosas de las que nos gusta aferramos para siempre, pero como sé que volveré y me estarás esperándo me iré tranquila llevándome tu calma, tu paz; qué celosamente guardaré hasta un próximo encuentro.